El término Tercera Roma describe la idea de que alguna ciudad, estado o país europeo es la sucesora del legado del Imperio romano (la «Primera Roma») y su estado sucesor, el Imperio bizantino (la «Segunda Roma»).
La semilla de este concepto fue lanzada por Constantino el Grande, cuando mudó la capital de Imperio de Roma a Constantinopla, que pronto pasó a ser denominada «la Nueva Roma».[1]